La Inteligencia Artificial (IA) es un campo relacionado con la informática en continuo desarrollo que está empezando a abrirse camino en nuestra vida cotidiana.
Las posibilidades de la IA son infinitas, y se han ido ampliando desde su concepción.
La IA ha llegado para que empresas y profesionales puedan optimizar procesos, en rapidez y costes. Y aunque ya lleva un tiempo con nosotros, es ahora, con la explosión de la conocida chatGPT cuando ha empezado a estar en conocimiento de todo el mundo.
En este artículo vamos a explorar qué es la IA, sus aplicaciones y la diferencia entre los distintos tipos de IA.
También profundizaremos en algunos de los ejemplos de inteligencia artificial más comunes, para que puedas comprender mejor el concepto.
En esencia, la Inteligencia Artificial (IA), es el término colectivo utilizado para referirse a los programas y sistemas informáticos que pueden responder a entradas y estímulos, de un modo que simula la inteligencia de los seres humanos. Esencialmente, la IA se refiere a máquinas que pueden «pensar» y «aprender» del mismo modo que las personas.
Más concretamente, la IA es la capacidad de ciertas máquinas de percibir su entorno y responder a él de un modo similar al cerebro humano. Esto implica que estas máquinas son capaces de ejecutar funciones como el razonamiento, la percepción, el aprendizaje y la resolución de problemas.
Existen dos tipos de Inteligencia Artificial: la IA débil/estrecha y la IA fuerte/general.
La IA débil, también conocida como IA estrecha, es una forma de Inteligencia Artificial en la que una máquina sólo puede realizar una tarea específica.
Se puede programar para que haga sólo lo que se supone que debe hacer, y no tiene margen para la flexibilidad o la adaptación.
Por otro lado, la IA fuerte/general, se refiere a la capacidad de un sistema informático para superar a los seres humanos en cualquier tarea intelectual. En las películas, la Inteligencia Artificial fuerte se ve a menudo en forma de robots humanoides, que tienen la capacidad de pensar e interactuar con las personas de forma prácticamente humana.
Dicho esto, tenemos inteligencias artificiales para crear vídeos, audios, textos, imágenes, y mucho más.
De hecho, para que te hagas una idea de su potencial, este artículo está realizado mitad por IA, mitad por un humano.
Muchas de la IA que vemos en nuestra vida cotidiana, adopta la forma de IA débil.
Algunos ejemplos de Inteligencia Artificial más comunes, son los asistentes personales inteligentes como Siri o Alexa, así como el software de reconocimiento facial “Face ID” de Apple.
La tecnología de IA también se utiliza cada vez más en diferentes industrias, ya que los algoritmos y herramientas de Inteligencia Artificial, se utilizan para la gestión de riesgos, el diagnóstico médico o en las líneas de producción para lograr una mayor eficiencia.
La IA también está empezando a abrirse camino en el mundo del entretenimiento. Los videojuegos son cada vez más realistas, ya que las tecnologías de IA les ayudan a simular mejor los escenarios del mundo real. En el futuro, es posible que la Inteligencia Artificial mejore del mismo modo las experiencias de realidad virtual.
Conclusión
A medida que la IA sigue progresando y mejorando, se integra cada vez más en distintos aspectos de nuestras vidas.
La IA nos permite abordar problemas en ámbitos que van desde la sanidad y la seguridad nacional, hasta las finanzas y la educación.
A medida que la IA va ganando terreno en distintos ámbitos de nuestra vida, se está convirtiendo en un concepto cada vez más importante que tenemos que comprender.
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