Cookieless: qué es y cómo hacer analítica sin cookies

Sí, lo sé. El término cookieless suena como algo sacado de una peli de ciencia ficción del marketing digital. Pero no, no va de galletas (aunque ahora me apetezca una). Esto va en serio: las cookies de terceros están desapareciendo y, si analizas datos web, esto te interesa. En este artículo te explico qué significa exactamente el mundo cookieless, cómo afecta a la analítica digital y cómo adaptarte sin volverte loco.

cookieless

Cookieless: qué es y cómo hacer analítica sin cookies

Vamos al grano. Cuando hablamos de un entorno cookieless, nos referimos a la eliminación de las cookies de terceros, esas que permiten rastrear a los usuarios entre diferentes sitios web. Navegas por una tienda online, luego por tu red social favorita… y zas, te aparece ese anuncio del producto que estuviste mirando. Todo eso, gracias (o por culpa de) las cookies de terceros.

Pero con la preocupación por la privacidad de los usuarios y regulaciones como el RGPD o la ePrivacy, los navegadores han empezado a bloquearlas. Safari y Firefox ya lo hacen desde hace tiempo, y Google Chrome (que tiene una buena parte del pastel) está a punto de seguir el mismo camino. Resultado: la forma en la que hacíamos analítica y publicidad digital está cambiando, y toca ponerse las pilas.

Entonces, ¿cómo funciona la analítica cookieless?

Aquí es donde entra el nuevo juego. Hacer analítica sin cookies no significa dejar de medir. Significa hacerlo de otra manera, más respetuosa con la privacidad. Te cuento las principales estrategias que ya estoy aplicando:

  • First-party data: los datos que tú recoges directamente de tus usuarios (formularios, encuestas, historial en tu web…). Estos siguen siendo legales y muy valiosos.
  • Consent mode (modo de consentimiento): herramientas como Google Consent Mode te permiten ajustar la recolección de datos dependiendo de si el usuario acepta o no las cookies.
  • Modelado de datos: en vez de tener datos exactos de cada usuario, se usa inteligencia artificial para hacer estimaciones basadas en patrones generales.
  • Server-side tracking: trasladar el seguimiento desde el navegador al servidor para tener mayor control y precisión (y menos dependencia de las cookies).
  • Contextual targeting: si haces publicidad, puedes segmentar según el contenido de la página, no el comportamiento del usuario.

No te voy a mentir: no es lo mismo que antes, pero se puede seguir haciendo una buena analítica cookieless si sabes cómo adaptarte.

¿Por qué es importante prepararse para el entorno cookieless?

Si dependes de los datos para tomar decisiones en tu negocio (y deberías), necesitas tener una estrategia cookieless cuanto antes. No esperes a que las cookies desaparezcan por completo para actuar.

Además, adaptarte a tiempo te da una ventaja competitiva brutal. Mientras otros siguen intentando averiguar por qué sus informes de Google Analytics ya no cuadran, tú ya puedes estar aprovechando nuevas formas de análisis más eficientes y respetuosas con la privacidad.

De hecho, si te interesa el tema, te recomiendo que eches un vistazo a este curso de analítica digital sin cookies que tenemos disponible en TEKDI, donde profundizo en todo esto con ejemplos reales y herramientas actualizadas.

Herramientas útiles para una analítica sin cookies efectiva

Y como aquí no venimos solo a hablar, sino a ponernos manos a la obra, te dejo algunas herramientas que estoy usando y que me están funcionando muy bien:

  • Matomo: una alternativa a Google Analytics que respeta la privacidad y no necesita cookies para funcionar.
  • Piwik PRO: parecida a Matomo, muy completa y con opciones para empresas grandes.
  • Fathom Analytics: minimalista, ligera y enfocada en privacidad. Perfecta para blogs o proyectos pequeños.
  • Google Analytics 4 (GA4): aunque sigue usando cookies, está diseñada para funcionar también en entornos cookieless gracias a su sistema de modelado de datos.

Conclusión

El cambio hacia un entorno cookieless no es el fin del mundo (ni del marketing digital), pero sí es un cambio de mentalidad. Pasamos de rastrear a entender, de recolectar datos sin control a valorar la privacidad del usuario. Y eso, si lo piensas bien, no es malo.

La analítica sin cookies nos obliga a ser más estratégicos, más creativos y más éticos. Y, aunque al principio pueda dar un poco de vértigo, es una gran oportunidad para hacer las cosas mejor. Si te adelantas al cambio y adaptas tu forma de medir desde ya, estarás un paso por delante del resto.

Así que, respira hondo, actualiza tu forma de analizar datos y empieza a construir una estrategia cookieless con sentido. Porque el futuro es sin cookies… pero con muchas posibilidades. 😎

Cursos recomendados